El acceso a mercados internacionales es un elemento clave para el desarrollo de la industria agrícola y las oportunidades comerciales pueden inducir al crecimiento y expansión de la oferta exportable del país. Por lo tanto, durante el primer día, se espera presentar las perspectivas económicas de Guatemala en la actualidad y se analizará el desempeño de las exportaciones de productos agrícolas (vegetales y frutas). Asimismo, se abordará la importancia del sector cafetalero en Guatemala y la situación de precios internacionales.

Actualmente, la transformación digital está reformulando el futuro del acceso al mercado. Es decir, la tecnología está sentando nuevos precedentes en la forma que las organizaciones interactúan y por lo tanto, cómo se hacen negocios. La actividad agrícola puede beneficiarse altamente con las estrategias adecuadas. Esto incluye el uso eficiente de recursos, facilitación de transacciones comerciales y la gestión de compras y ventas en línea. Durante este evento, se presentarán alternativas y recomendaciones para aplicar una agricultura totalmente moderna.

Actualmente, Guatemala ya experimenta efectos ante el cambio climático. Uno de ellos es la falta de agua en las épocas más secas del año, la cual amenaza con dañar los cultivos, reducir la productividad y limitar a los productores con un solo ciclo de producción. De esta cuenta, la captura de agua de lluvia se convierte en una alternativa sostenible que permite a los productores reducir dichos efectos. La Semana de Socios tomará un tiempo para discutir las alternativas en la colección, tratamiento y almacenamiento de agua de lluvia para la agricultura.

Algunos estudios hacen referencia a la especialización de la producción, indicando que un país debería concentrarse en un solo grupo de productos y trabajar por construir su ventaja competitiva. No obstante, este tipo de estudios han sido reemplazados con el pasar de los años.

Nuevos estudios indican que los países en vías de desarrollo no deberían especializarse en tener un solo tipo de productos para exportación. Afirman que deberían de tener diversidad de oferta y de esa manera buscar no ser afectados por la volatilidad del precio de un solo producto en el mercado internacional. Según Vinesh, Seetanah y Lamport (2015) “una ampliación de la base de exportación a través de una cartera comercial nacional más diversificada, puede ayudar a mantener la estabilidad de los ingresos por exportaciones, fomentando así el crecimiento económico a largo plazo”.

La misma permite aumentar los ingresos y dividirlos en una cartera amplia para no concentrarlos en un solo sector. Love (1986) considera que esta estrategia debería incluir a todos los sectores productivos, pues de esa forma se lograría reducir la inestabilidad causada por la fluctuación de algunos sectores exportadores.

Durante las últimas décadas en Guatemala se ha realizado un trabajo muy importante en pro de la diversificación de la oferta exportable, logrando que los productos agrícolas no tradicionales sean el grupo de productos con mayor peso en las exportaciones del país. En 2020 se exportó un total de $8,338,200,000 en productos no tradicionales, mientras que las exportaciones de productos tradicionales fueron de $3,174,700,000.

Guatemala es líder en exportaciones agrícolas a nivel regional, aunque la oferta exportable ha cambiado bastante en las últimas décadas. La oferta ha pasado de enfocarse de gran manera en los productos tradicionales que son el café, azúcar, banano y cardamomo a incluir también productos no tradicionales como melones, plátanos, frijoles, arvejas, hortalizas, piñas, papayas, brócolis, coles de bruselas, sandías y papas.

Como se observa en las siguientes gráficas, se ha dado un aumento en estos 40 años del porcentaje que representan los productos no tradicionales sobre el total de exportaciones del país. En 1980 ya había comenzado este cambio y la oferta no tradicional era solo un poco superior a la tradicional con un 58% de las exportaciones. Sin embargo, se puede observar el cambio significativo al comparar con la gráfica de 2020, en donde el 72% de las exportaciones corresponden a productos no tradicionales. Este 72% representa US$ 8,338,200,000.

Actualmente, Guatemala destina sus productos agrícolas a más de 20 países, siendo los mayores socios comerciales Estados Unidos, Arabia Saudita, El Salvador, Emiratos Árabes Unidos y México, a donde se exportó un total de $ 2,978,051,000 en 2020.

Existen diferentes acciones a nivel mundial para mitigar la contaminación ambiental, orientadas a garantizar aire limpio para el hombre y con menor carga de gases y partículas contaminantes que puedan afectar la salud humana.

Para PRO-INNOVA el tema ambiental es fundamental para alcanzar el desarrollo sostenible de las familias en el Altiplano Occidental. Bajo las intervenciones enfocadas para el cuidado del medio ambiente y bosques, se tiene como objetivo el aumento de la resiliencia del entorno natural a través de prácticas agrícolas climáticamente inteligentes. Se trabaja en la conservación del suelo y bosques para garantizar la salud de cuencas y microcuencas. Esto resultará en el abastecimiento sostenible de agua y el uso sostenible de los recursos maderables y no maderables de los bosques en las comunidades del Altiplano Occidental.

PRO-INNOVA ha estado trabajando de cerca con la organización Qa q’anil en su proceso de aprendizaje y diversificación de cultivo. La asistencia técnica presencial y virtual, a través de Agriconecta, ha permitido que los productores y productoras puedan mejorar el manejo de sus parcelas. Adicional a ello, PRO-INNOVA facilitó el acceso a mercado a la organización, a través  de Quilali, una empresa productora de snacks saludables de amaranto.

Desde el año 2018, el proyecto firmó una carta de entendimiento con la empresa Quilali, una compañía que ofrece “productos diferenciados 100% naturales, para un estilo de vida saludable”. Con su amplia gama de productos como galletas, barritas y granolas, incluyen el amaranto como ingrediente principal, el cual proviene de las mujeres de Qa q’anil.

Gracias a todas estas nuevas tecnologías, los productores pueden obtener beneficios personales en sus parcelas y beneficios colectivos al aprovechar los recursos.

Los cambios realizados en cuanto a tecnología, han logrado diversas ganancias o beneficios tanto para los productores como para las poblaciones. Algunas de ellas son:

En nuestro país se han dado grandes avances tecnológicos en términos agrícolas y se han adaptado otras tecnologías de países más industrializados. La evidencia de esto es el uso de nuevos sistemas de irrigación automatizados o el uso de drones para la aplicación de productos a los cultivos.