a disponibilidad de agua y saneamiento ha sido por muchos años un tema de crisis nacional. Según el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), más del 90% de las fuentes de agua de Guatemala están contaminadas con bacterias y residuos fecales, siendo esta una de las principales causas de enfermedades gastrointestinales, de la piel, hepatitis, entre otras.

Tal es el caso de los municipios de Huehuetenango; Todos Santos Cuchumatán, Concepción Huista, Unión Cantinil y Petatán. Según los reportes del Ministerio de Salud, los sistemas de agua de estas comunidades no contaban con aparatos de desinfección de agua y sus usuarios en la mayoría de los casos, la consumían con coliformes fecales causando problemas de infecciones intestinales, amebiasis y parasitosis intestinal, entre otros, principalmente en niños de 0 a 5 años.

Uno de los componentes del proyecto trabaja con el fortalecimiento institucional, en el cual se busca asegurar el compromiso de los gobiernos locales para proveer los servicios básicos a la población, siendo el agua uno de ellos. En ese sentido, el proyecto inició el acercamiento con dichas municipalidades, quienes a su vez ya habían adquirido sistemas de saneamiento de agua y estaban trabajando con el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) y la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN), en un plan integral para proveer agua apta para consumo a las comunidades.

Capacitación sobre manejo adecuado de dispositivos de inspección de agua.

Luego de las visitas e intervenciones de los técnicos del proyecto, se logró capacitar a fontaneros comunitarios, comités prestadores de servicios e inspectores de saneamiento del MSPAS para el manejo adecuado de los dispositivos. Asimismo, dichas Municipalidades en cumplimiento con el artículo 68 del código municipal, se comprometieron a proporcionar los recursos necesarios para instalar los dispositivos y suministrar agua limpia a sus comunidades para garantizar la seguridad alimentaria y la salud de la comunidad.

Posterior a las intervenciones del proyecto y aliados, se logró la instalación de 9 dispositivos en 4 comunidades, equivalente a 466 viviendas y aproximadamente 2284 personas beneficiadas.

Este recurso natural es fuente vital para alcanzar los objetivos del proyecto. No solamente hay que proteger y utilizarlo correctamente, también debe ser apto para la agricultura y consumo humano y así lograr reducir la pobreza y la desnutrición en el altiplano occidental.

uatemala es un país con más que suficientes recursos naturales para ser aprovechados por sus habitantes. Si bien es cierto que su nombre proviene del náhuatl: Quauhtlemallan, que significa “lugar de muchos árboles”, debemos utilizar estos recursos de forma responsable. La deforestación ha sido por muchos años un fenómeno que continuamente destruye los bosques y selvas del país, afectando gravemente al medio ambiente. Asimismo, existe una disminución marcada en la disponibilidad de agua en las corrientes naturales, por lo que en algunas áreas es difícil contar con este recurso para consumo humano y agricultura.

En ese sentido el equipo del proyecto, en alianza con The Nature Conservancy (TNC), seleccionaron tres municipios para el desarrollo de planes de reforestación en zonas de recarga hídrica y cuyos niveles de vulnerabilidad son de los más altos en el occidente del país; San Lorenzo, San Marcos, Barillas, Huehutenango y San Juan Cotzal, Quiché. Luego de la selección, se inició una campaña de reforestación en conjunto con las municipalidades, resultando en el donativo de 78 mil plantas forestales por parte de TNC, las cuales consistían en pino, aliso y ciprés.

Siembra de nuevos cultivos.

La implementación de estas acciones de reforestación con especies nativas, fue asegurar la recuperación de la cobertura forestal en zonas de recarga hídrica; al mismo tiempo que desarrollar planes de manejo para su presentación ante los programas de incentivos forestales del INAB, con el fin de generar ingresos alternativos para los productores. Uno de los factores clave para el desarrollo de estos planes fue la activa participación de las Oficinas Forestales Municipales (OFM) y los Concejos Comunitarios de Desarrollo (COCODES), quienes facilitaron la comunicación entre el proyecto y los productores locales.

Por otro lado, el aporte del proyecto consistió en proveer asistencia y asesoría a técnicos de las OFM y productores locales, regencia y apoyo notarial/legal para asegurar la preparación de los expedientes para su presentación a los programas de incentivos forestales del INAB. Asimismo, el objetivo principal de esta iniciativa fue apoyar la gestión sostenible de los recursos naturales de cada municipio, mitigar el impacto del cambio climático y fortalecer las instituciones para mejorar sus programas de gestión ambiental.

Posterior a las intervenciones del proyecto, se logró aprovechar $30 mil dólares en inversión del sector privado, se reforestó 60.94 ha y benefició a 694 personas (356 hombres y 338 mujeres). El establecimiento de las plantaciones forestales en los tres municipios seleccionados permitirá la generación estimada de Q. 323,915.11 anuales a partir del año 2,019.

alfre Marroquín es un productor consagrado de Col de Bruselas, con más de 25 años de experiencia cultivando coles para el mercado de exportación, en Comitancillo, San Marcos. Al ser la cabeza de una asociación de productores, Marroquín, busca constantemente mejorar la eficiencia y rendimiento de las cosechas de coles de sus asociados. Por ciclo de cultivo, la asociación utilizaba en promedio más de 3 productos químicos para combatir plagas y hongos, brindándoles una calidad inferior frutos y poniendo en riesgo la salud de sus miembros y familias, ante la constante exposición a químicos nocivos. En años recientes Marroquín incluso experimentó con preparar sus propios insecticidas naturales, brindándole resultados poco significativos y que exigían alta laboriosidad para alcanzarlos. El manejo convencional de su cultivo les ha rendido una producción promedio de 18 qq/cuerda (408 qq/ha).

A partir de mayo de 2018, el proyecto contactó a Marroquín y juntos implementaron un parcela demostrativa de Col de Bruselas, dirigida a la asociación a la que pertenece. Dicha parcela contó con un plan de nutrición hidrosoluble y productos biológicos para el control de hongos del suelo e insectos del follaje, así como aceite mineral parafínico para la prevención y control de plagas y otras enfermedades.

Luego de ser asesorado y capacitado por técnicos del proyecto, Marroquín ha logrado extender ese conocimiento a más de 35 productores de su comunidad, equivalente a aproximadamente 90 cuerdas con réplicas de tecnología, manejo integrado de plagas y otros. Las intervenciones realizadas fueron bien recibidas por el grupo de productores, quienes a solo cinco meses de la implementación y réplica de nuevas tecnologías, alcanzaron una mejora en el rendimiento de sus cultivos del 45%, en comparación del año anterior.

Los 35 miembros de la asociación han remplazado completamente los productos químicos por biológicos, aprovechando hongos benéficos para el control de hongos del suelo y el aceite mineral parafínico para mitigar la propagación de enfermedades en el follaje. Si bien la producción en la parcela demostrativa finalizará en diciembre del 2018, Marroquín estima superar sustancialmente su rendimiento de 2017, alcanzando los 22 qq/cuerda (500 qq/ha).

Sin embargo, para la asociación el incremento en volumen de cosecha queda en segundo plano, considerando de mayor valor el poder ofrecer productos más seguros tanto para los productores y sus miembros de familia, como para los consumidores y el medio ambiente. Marroquín, a nivel personal, asegura que este distintivo conseguirá posicionar a la asociación en el mercado internacional de una mejora manera y le brindará un mejor futuro más sano y próspero a sus cinco hijos.