ntre estos grandes cambios medioambientales se pueden mencionar la temperatura, la acumulación y concentración de gases y la precipitación pluvial (lluvia). Estas variaciones en los patrones pueden ocasionar eventos meteorológicos (sequias, inundaciones, deslaves, tormentas tropicales) más frecuentes o con mayor intensidad.

En los últimos años, la demanda nacional y mundial del aguacate ha incrementado notablemente. En Guatemala existe una producción muy interesante para el mercado local e internacional y está dividida en dos etapas. La obtenida de la floración principal, que se da de noviembre a febrero, y la floración loca que se da en los meses de julio a septiembre. Ambas etapas se conocen como la temporada de aguacate en Guatemala.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) el consumo de aguacate ha ido en aumento en los últimos años, por lo que la demanda del mismo se ha incrementado. En el periodo 2009-2018 se monitoreó un 14% de aumento anual.

Estados Unidos es el principal importador de la fruta y para el 2021, reportó un total de 3.13 miles de millones de USD en importaciones; 5.5 millones USD más que el año anterior. Lo importado para el 2021 es equivalente a 1.2 millones de toneladas de aguacate. Los Países Bajos, Francia, España y Alemania siguen en el top 5 de países importadores del oro verde.

México continúa siendo el principal país productor/exportador, aunque su participación en el mercado mundial se ha visto reducida. Para el 2017 cubrió el 50% de las exportaciones totales de aguacate y, para el 2021, cubrió el 41% de las mismas. Esto se ha dado por la incorporación de nuevos países productores de aguacate que han mejorado su cultivo cumpliendo con las demandas de los mercados.

Considerando el panorama mundial sobre el alza en la demanda de aguacate y la adaptabilidad del mismo en las áreas de intervención de PRO-INNOVA, se han implementado exitosas estrategias para promover la diversificación de cultivos en las parcelas de los productores agrícolas que forman parte del proyecto.

Esto se ha llevado a cabo de manera integral; iniciando con la entrega de plantas bajo la modalidad 2×1 y conformando Sistemas Agroforestales (SAF). Asimismo, la intervención es acompañada de asistencia técnica especializada en campo y de manera virtual. También se apoya a los productores con el acceso a mercados, vinculando a productores que tengan volumen y calidad de aguacate, con compradores interesados en este cultivo.

La inclusión financiera no es únicamente contar con acceso a servicios financieros y va más allá de ser un cuentahabiente en el ecosistema bancario. Esta actividad busca mejorar la calidad de vida de las personas y familias para cultivar más oportunidades económicas. Además, es un poderoso agente para un crecimiento sostenible, incluyente y con una ruta a la prosperidad.

Según esta infografía, ¿en dónde podemos ubicar a los pequeños y medianos productores? ¿Será un segmento que está dispuesto a intentarlo, confiar en el sistema financiero y empezar a entender la importancia de pertenecer al ecosistema bancario?

Luego de observar la infografía y analizar en dónde se encuentran ubicados los pequeños y medianos agricultores, se puede reconocer que el acceso a servicios financieros para este sector aún es limitado. Todo esto se debe a que la agricultura es un negocio más riesgoso que otros, pero con muchos beneficios y alcance a nivel mundial. No obstante, a mayor riesgo, mayor tasa, lo cual viene directamente ligado al riesgo crediticio, que aumenta o disminuye las tasas de interés. Cada tamaño de unidad de producción agrícola, así como cada cultivo y cada región tienen riesgos diferentes. Esto dificulta y encarece para las Instituciones Financieras, la identificación de los riesgos y su administración.

Según la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera para Guatemala 2019-2023 (ENIF), su objetivo es ampliar y mejorar el acceso y uso de los productos y servicios financieros a los distintos segmentos de la población de acuerdo con sus necesidades. Según la gráfica, existe al menos una agencia física en cada uno de los 340 municipios de Guatemala.

A pesar de esta cobertura, la inclusión financiera se encuentra limitada para el agricultor. En el área de créditos, la actividad agrícola representa menos del 4% a nivel del sistema bancario formal (bancos) y en el 2022 representa entre el 2.5% y 2.9% del total de montos de créditos, versus el resto de las ramas de actividad económica (créditos hipotecarios, empresariales, personales).

Por otro lado, las entidades como microfinancieras y cooperativas atienden y ofrecen de una manera más directa servicios financieros para el pequeño y mediano productor. Para los créditos agrícolas, las tasas oscilan entre el 13% hasta un 48%, dependiendo del monto solicitado y la garantías. Además, existen plazos desde 6 meses hasta 15 años y montos de Q1,000 hasta Q125,000.

El mayor reto es generar una verdadera inclusión financiera empezando por el sector agrícola, pues es una rama de actividad económica en Guatemala que participa entre 10% al 13.4% del PIB en los últimos años. Asimismo, ha sobrevivido a la pandemia del COVID-19, con crecimientos entre el 3% y 4% anual y con un decrecimiento en años 2019 y 2020, pero recuperándose en el año 2021 y 2022.

Aunque actualmente no existen productos o servicios ad-hoc para pequeño y mediano agricultor y existe escasa asesoría agrícola, altas tasas de interés, requisitos difíciles de cumplir y las remesas son excluidas como garantías, dicho sector ha ido disminuyendo los riesgos de su quehacer, al modernizar el manejo de sus cultivos y utilizar tecnología agrícola.

Una de las estrategias del proyecto es disminuir los riesgos productivos que pueda tener un agricultor, a través de la mejora de las prácticas agrícolas, la utilización de tecnología, diversificación de cultivos, aumento de su resiliencia al cambio climático, uso eficiente del suelo, bosque y agua, entre otros. Asimismo, se brinda asesoramiento de oportunidades para acceso a mercados y hacer negocios que beneficien a los agricultores y su famiia. Estas y otras actividades pueden aumentar las oportunidades de los agricultores de acceder a créditos, adquirir financiamiento para inversión o capital de trabajo y mejorar sus condiciones de vida.

Las organizaciones de productores agrícolas son figuras importantes dentro de una comunidad, municipio y departamento. Es a través de ellas y de sus intervenciones sobre productividad, innovación, diálogo sobre políticas y acceso a mercados, que se logra el desarrollo de las familias en su área de intervención.

Todas ellas cuentan con un alto potencial de impacto en las comunidades, sin embargo, necesitan de cierto apoyo para aprovecharlo al máximo y lograr que dicho impacto alcance a más familias o abarque más zonas de intervención.

Por ello, a través de la iniciativa de Fortalecimiento Competitivo y Capacidades Empresariales (FCCE) de PRO-INNOVA, se brinda a dichas organizaciones soluciones innovadoras y prontas para superar ciertos retos administrativos, comerciales y organizacionales.

Además, PRO-INNOVA realiza talleres, capacitaciones, intercambios de experiencias y asistencias técnicas presenciales y virtuales; con el objetivo de transmitir sus conocimientos y experiencias a los miembros de las Juntas Directivas y/o personal clave de las organizaciones. Los temas que se abordan son diversos, entre ellos se puede mencionar:

Actualmente se ha fortalecido a más de 30 organizaciones de diferentes cultivos ubicados en Huehuetenango, San Marcos, Quetzaltenango y Quiché. Entre los resultados obtenidos en este año, se puede mencionar:

Además, a través de esta iniciativa más de 30 organizaciones han identificado mejores oportunidades para la comercialización de sus productos y han fortalecido sus capacidades de negociación con compradores.

Fortalecer a estas organizaciones se ha traslado en beneficio para más de 4,900 familias del Altiplano Occidental de Guatemala.

El cambio climático hace referencia a las modificaciones o alteraciones a largo plazo de las temperaturas y del clima de la Tierra. Cambios que pueden ser ocasionados directa o indirectamente por la actividad humana, o por factores naturales que afectan a los diferentes ecosistemas.

También conocidas como energías limpias, son las que se obtienen a partir de fuentes naturales y que producen energía de forma inagotable e indefinida. Se consideran renovables cuando se obtienen a partir de fuentes que se regeneran con el tiempo de forma natural y que tiene poco impacto en el medio ambiente.

En Guatemala, contamos con una matriz energética planificada y con gran capacidad instalada, principalmente de recursos renovables.

A través de la Resolución CNEE-171-2008 la Comisión Nacional de Energía Eléctrica estableció la normativa a seguir para la conexión, operación, control y comercialización de energía eléctrica producida por fuentes renovables.

Hoy en día la implementación de acciones para mitigar y combatir el cambio climático, como la transición a Energías Renovables por parte de las organizaciones, trae ciertas ventajas. Entre ellas se resalta:

Debido a los múltiples beneficios de utilizar energías renovables para las actividades productivas, PRO-INNOVA lanzó un plan de inversión de impacto dirigido a la implementación de Energías Renovables, el cual consiste en la implementación de paneles solares en 10 organizaciones del Altiplano Occidental. 4 organizaciones en Quiché: Cooperativa Integral Agrícola Unión Chipaquense R.L -COINACHI, Cooperativa Integral de Comercialización Maya Ixil R.L, Asociación para el Desarrollo Integral de San Antonio Ilotenango – ADISA, Asociación Nacional de Productores de Frutales Deciduos Región Chichicastenango, ANAPDERCH; 1 en Totonicapán: Asociación de Desarrollo Integral de Agricultores Nueva Esperanza – ASODINE; y 5 organizaciones en Huehuetenango: Asociación de Desarrollo Integral Productivo Yamanonh “ADIPY”, Asociación de Agricultores Tinecos ADAT, Asociación de Desarrollo Integral La Esperanza Toneca -ADIESTO-, Asociación Civil Comercializadora Maya Alternativa COMAL y Asociación Barillense de Agricultores -ASOBAGRI.

Para que una persona funcione y desarrolle sus actividades cotidianas de manera normal, necesita de la energía que aportan los alimentos. Para seleccionar alimentos nutritivos y que respondan a las necesidades de cada individuo, se necesita conocimiento sobre biología, nutrición, fisiología y otras áreas. Este conocimiento es el que posee un profesional de la nutrición o nutricionista y lo pone al servicio de la sociedad para poder construir sociedades nutridas, sanas y prósperas.

Los nutricionistas son los profesionales que planifican, ejecutan, dirigen, evalúan y realizan intervenciones alimentario-nutricionales para una persona o familia. Asimismo, aplican sus conocimientos sobre alimentos, nutrientes y sustancias afines de los alimentos; relacionados al acceso, disponibilidad, consumo y utilización biológica de los alimentos y la influencia de factores sociales, económicos, culturales, psicológicos en el proceso de alimentación y nutrición de una persona.

El rol del nutricionista cobra gran relevancia en Guatemala, principalmente en el mejoramiento de la nutrición infantil y las enfermedades crónicas no transmisibles relacionadas a la mala alimentación como diabetes e hipertensión.

Como parte de nuestros esfuerzos para reducir la desnutrición crónica en el Altiplano Occidental, el equipo de nutrición del proyecto realiza diferentes actividades para cambiar esta realidad y mejorar la nutrición de las familias rurales:

El café se ha convertido en la principal bebida consumida, después del agua pura, y es la segunda mercancía más comercializada después del petróleo. Esto puede deberse a diversos factores como la practicidad en su preparación, la versatilidad para consumirlo y los múltiples beneficios fisiológicos que brinda a quien lo consume. Por ello,

Para poder mantener parcelas productivas y con rendimientos dentro del promedio, se deben realizar diversas actividades durante el ciclo productivo y después de cada cosecha. Algunas de ellas son la fertilización adecuada, manejo de plagas y enfermedades, podas productivas, manejo de sombra (si aplica) y renovación de plantas, entre otras.

Uno de los factores que determina la productividad del cultivo de café es la edad de la plantación. El cafeto empieza a producir al tercer año después de trasplante y alcanza su pico productivo al quinto año. Al sexto año se recomienda hacer una poda de base o recepa y al décimo año una renovación de plantas. Esta renovación suele trabajarse por lotes dentro de las parcelas, con el objetivo que el productor no incurra en gastos elevados.

Desde el 2018, PRO-INNOVA lanzó este programa con el fin de aumentar la productividad e ingresos de los agricultores. El mismo busca incentivar la renovación de plantaciones de café, a fin de recuperar la productividad de las parcelas y hacerlas más rentables.

Un ejemplo de esto es la aplicación móvil Agriconecta, una plataforma que busca interconectar a los distintos actores de la cadena de valor agrícola en un ecosistema de negocios digital. Su misión es apoyar e informar a los productores para la toma asertiva de decisiones, con respecto a sus cultivos.

Seth Godin: “El marketing actual ya no va sobre el producto que haces, sino sobre las historias que cuentas” Cada joven embajador es una historia de aprendizaje, superación y convicción que motiva a otros a unirse a la agricultura moderna para generar prosperidad en el Altiplano Occidental. Además, comparten el objetivo de enseñar y promover la transferencia tecnológica en la agricultura.